Orlan somos nosotros, los comunes en búsqueda de perfección; también es aquella mujer en búsqueda de identidad y pertenencia cultural y sin embargo es la otredad a la cual vemos con lupa y ceño fruncido…
Orlan es lo que vemos como raro y estudiamos antropológicamente, es lo que los cánones de belleza a través de la Historia del Arte han dictado pero que en su conjunto, no la han acercado al refinamiento. Finalmente es un ser que ha apostado su vida a criticar la estética por medio de su cuerpo, cara y las constantes manifestaciones artísticas y performances que ha realizado.
Nacida en Saint Ettiene, Francia y ahora con 62 años de edad, Orlan ha sido una de las precursoras del movimiento cyborg, en el cual la ciencia y la tecnología se insertan en el cuerpo perdiendo su estatuto artificial o maquinal confundiéndose con lo humano. En esta cibercultura el cuerpo funciona como membrana permeable cuya integridad y santidad es violada y amenazada por implantes, producto de una cultura obsesionada por las apariencias.
En su obra titulada Self Hybridation, por medio de maquillaje, atuendos e intervenciones digitales, ha criticado las culturas de tribus indoamericanas o africanas, que como parte de su pertenencia e identidad, obligan al uso de pinturas de colores cubriendo su rostro e incluso obligando al uso de objetos que trasforman parte de su anatomía (collares africanos que alargan el cuello o tablas precolombinas que achatan el cráneo hasta deformarlo)
Orlan presenta esculturas con injertos de pechos en la cabeza, cuestionando la feminidad oculta bajo atributos maternales-sexuales que hacen ver a la mujer occidental como un objeto descerebrado.
Cada operación es un performance donde los cirujanos y Orlan usan vestidos de Alta costura, diseñados por Paco Rabanne, con escenografía compuesta por slogans de las marcas patrocinadoras que borran límites entre arte y publicidad, al estilo de los artistas pop.
Estos actos rompen con el esquema de belleza de las conejitas de Playboy, VH1 y demás canales mediáticos de moda, con el objetivo de imponer su propio retrato estructurado a partir de cuadros canónicos de la Historia del Arte.
El número de operaciones para crear la Obra Absoluta, la Reencarnación de Santa Orlan han sido 9, arte carnal destinado a realizar un collage viviente de rasgos celebres: rostro con la frente de la Gioconda, ojos de la Psique de Gerome, nariz de una Diana de Fontainebleau, boca de la Europa de Boucher y barbilla de la Venus de Boticceli…
A partir de su obra, Orlan ha donado parte de su grasa corporal en frascos denominados relicarios y redactado su Manifiesto CARNAL ART, teniendo como filosofía los siguientes puntos:
1. La crítica a la concepción del cuerpo que inculcó el cristianismo: que el dolor físico se convierta en una forma de redención y de camino hacia el paraíso.
2. La crítica a la cirugía plástica para desviarla de su búsqueda del rejuvenecimiento y para demostrar que la belleza no siempre tiene una apariencia bella.
3. Y la máxima de Orlan:
Nuestro cuerpo solo nos pertenece a nosotros y nadie más tiene el derecho de decirnos cuál debe ser nuestra apariencia”.
Nuestro cuerpo solo nos pertenece a nosotros y nadie más tiene el derecho de decirnos cuál debe ser nuestra apariencia”.
Como ella lo ha pregonado…..“He donado mi cuerpo al arte”.
Orlan a visitado la ciudad de México y ha dado conferencias en el Claustro de Sor Juana.
PD. Para conocer un poco más de su obra se recomienda ver los videos al inicio del post.
Ojala todos tengamos un poco de Orlan adentro un ser sin prejuicios por lo subjetivo de la belleza
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