Marilyn Manson en San Ildefonso,
que morbo. El artista que ha creado su nombre a partir de una diva hollywoodense,
un asesino en serie ahora preso y se ha proclamado el anticristo rompiendo
biblias durante sus conciertos, ahora expone acuarelas.
Marilyn Manson muestra 30 retratos
en acuarela que no sorprenden, por tratarse del mismo estilo propio tétrico y
lúgubre de su música y videografía.
En ellos exhibe su universo
infernal, con personajes oscuros de miradas perdidas y algunos que incitan de
manera erótica su corporalidad cuasi esquelética (algunos autoretratos). En
ellos la vulnerabilidad humana se muestra desde pinceladas gruesas de los
contornos, pero con colores al interior que crean facciones que se difuminan y
deshacen, ningún personaje es limpio, el blanco no logra ser blanco, el pincel
es turbio y los colores fuertes como el rojo crean ilusiones ópticas de
llamas…. Los seres arden en sus propios deseos o se pierden en la soledad de
sus entornos.
En su pintura bidimensional se
puede ver a un ser humano triste, desolado, un hombre vacío de sensaciones, quiza un poco como el ser humano que
critica Nietzsche, que sólo es hedonismo satisfactorio. Un ser lleno
de sicotrópicos y ensimismado en su placer mortífero.
Los colores utilizados por
Marilyn son muy vivos, rojos y azules intensos que desvían la mirada y lectura de
los temas tristes que representan.
La muerte es una constante en la
obra de Manson, sus seres se encuentran a su espera, la desean a otros, o la
gozan en estado de éxtasis. La desnudez acentúa la fragilidad de la
representación y los títulos rematan la violencia de las obras: Cada mañana
ella debería rezar para que los demonios devoren a sus padres. Su mundo es de
esclavitud, prostitución, violencia y decadencia.
El alma de sus obras reside en
las miradas, ya sea una mirada perdida en una botella de alcohol, una mirada
sin punto fijo, o un cuadro azul en el que la mirada difuminada de la modelo
vuelve etéreo de una manera muy bella, su propio momento. La acuarela de
Marilyn es el instrumento que da la fuerza a estas miradas.
La pintura de Manson parece hecha
por un paciente psiquiátrico a su doctor, quizá la mejor interpretación que se
pueda dar a su obra venga del sicoanálisis freudiano, y creo que es la razón
por la que el mismo se ha autoproclamado seguidor de la pintura de Salvador
Dalí, de la cual esta a muy larga distancia de tener siquiera una comparación
estética y de significados.
Otro de los artistas que menciona
y hace referencia en una de sus obras es el expresionista austriaco Egon
Schiele. La pintura de este maestro muestra de una manera poderosa, cuerpos
esqueléticos en posiciones eróticas.. mujeres y hombres exponiendo sus penes y
vaginas provocativamente, pero con esa aura de decadencia en cada línea y
trazo, acompañados de colores ocres y mostaza, mostrando que su depresión y
sentir humano a inicios de la primera guerra mundial, es autentica y sicológica…
más allá de una pose para crear una identidad mediática, como lo es el caso del
reberendo Manson.
Manson homenajeando a Egon Schiele:
Manson homenajeando a Egon Schiele:
Todo esta muerto en vida, cita de
Schiele que aparece en su arte, ubicado siempre en la frontera entre la muerte y
la vida, sus cuerpos aparecen desnutridos y enfermos, la tensión de su obra
esta en el lenguaje exagerado y teatral de sus modelos, como en el lenguaje
expresivo formal.
Para ejemplificar el ambiente de
inicios de siglo XX, una cita sobre el clima de Viena del contemporáneo de Egon
Schiele, Kokoschka: “No aguanto más aquí, es de una rigidez como si nunca se
hubiera escuchado un grito. Todas las relaciones tienen un proceso calculado
desde el comienzo y los seres son todos lúgubres, consecuencia de su forma de
ser como marionetas”, se quejaba en una carta de 1909 (Elger, Expresionismo, 2003 Taschen)
La pintura de Manson, si bien
inspirada en estos maestros, no tiene sino un punto de partida expresionista en
un sentido naive, pero no es posible equiparar su punto de vista mediático y
hedonista con la obra de Schiele, que saca las entrañas de sus personajes de
una manera desagradable y lúgubre para el espectador.
"The Path of Misery"
recopila obras de entre 1999 y 2008, permanecerá del 4 de noviembre al 5 de
febrero de 2012 en la ciudad de México.