25.8.09

DAMIEN HIRST, El arte del marketing

Uno de los personajes más poderosos del arte es Damien Hirst, éste británico que junto a su compañía Science, ha creado todo un sistema de producción artística, mercadotecnia y publicidad, que lo ha hecho encabezar la lista de las figuras más poderosas del arte contemporáneo que año con año publica la revista Art Review y es que todo el marketing y estrategias publicitarias alrededor suyo, han superado los estándares para cualquier apreciación del arte por sí mismo.

Este perteneciente a la escuela de los denominados Young British Artists que saltó a la fama a principios de los noventa cuando el coleccionista Charles Saatchi lo incorporó a éste grupo, característico por la utilización de materiales inusuales y de animales, que ya desde sus inicios gozó de una gran cobertura mediática y ahora pasados los cuarenta, no sólo ha revolucionado la forma de concebir el arte, sino la forma de mercadearlo a la usanza de un buen producto de consumo, no para todo público, eso es un hecho; y es que no hace mucho logró vender materiales de su obra retrospectiva y actual en cantidad de 200 millones de dólares, superando incluso a Pablo Picasso.

Recordemos también los 13 millones de euros que recaudó el Becerro De Oro, en subasta pública, estableciendo un récord en Sotheby’s, galería que realizó el remate, donde 21,000 personas visitaron el recinto, constituyendo lo que ya era una Hirstmanía.


Damien Hirst es el artista más rico del mundo gracias su gran talento sin duda, pero en definitiva también, a las premisas capitalistas que rigen su entorno, donde personas como Larry Gagosian, de los más influyentes comerciantes en Nueva York y Jay Joplin, propietario de la galería White Cube en Londres, lo han reforzado como uno de los grandes artistas del momento.

Estas proezas del marketing se destacan con la venta por más de 74 millones de euros, por ejemplo de una calavera humana construida de platino y diamantes, con más de 8 mil brillantes incrustados de un peso total de 1.100 quilates, destacando que éste es uno de los más claros modelos de la industrialización de su arte, es decir, ya que ésta como otras tantas de sus obras si bien fueron concebidas por él, técnicamente fueron construidas por terceros, en éste caso una joyería londinense.


Hablar de su compañía Science es hablar del centenar de personas que trabajan para él y a los que el artista considera sus obreros, ya que ellos son los que se encargan de cristalizar cada una de sus ideas, ya sea para el taller de pintura, escultura o instalaciones; éstos obreros son quienes han restaurado obras como Madre e Hijo Divididos o el tiburón de la pieza titulada La Imposibilidad Física De La Muerte En La Mente De Alguien Vivo de la cual es dueño el coleccionista norteamericano Steve Cohan y por la que pago más de 9 millones de euros.
Pero al hacer una retrospectiva del trabajo de Hirst y de su modus operandi es inevitable pensar en Walter Benjamín también, y en su ensayo La Obra De Arte En La Era De La Reproductibilidad Técnica porque si bien aunque uno esté frente a una obra en los formatos a la usanza de la técnica de mantenimiento de cuerpos animales en formaldehído, uno supone reconocer lo estético de la pieza, pero no deja de caer en la no evidencia de éste esteticismo como Benjamín plantea.

Indudable es la novedad que causa Hirst ante la transformación de toda técnica en su arte y la operación del mismo, a través de la conservación de animales, lo que habla no sólo de su inventiva artística, sino de la modificación que hace a la noción misma del arte. Es a éste respecto que Benjamín aborda en su teoría sobre la condición de la obra de arte en el seno de las sociedades industriales, la gran dimensión que cobra el contexto económico cultural, pero más allá de eso, los modos de significación, en un nuevo régimen, haciendo plausibles obras como las de Hirst.

De tal forma que éstos cambios que el proceso de modernización capitalista ocasiona en las estructuras de interacción social, determinan las condiciones de aprehensión de arte como el de Damien, donde las condiciones socioeconómicas del entorno que lo legitimiza, (llámense marchantes o grandes galerías de arte) en una hermenéutica sui generis nos hace apropiarnos de su arte como espectadores inmersos en un capitalismo y es que seguramente Sotheby’s equipara perfectamente un banco donde las obras de Hirst cada vez están más a la alza, con todo y que el propio artista dice respetar el dinero y que aunque sea algo muy importante en la vida, lo que hace, lo hace por amor al arte, no amor al dinero, ¿será?

Lo que realmente se apunta con éste acercamiento de la filosofía de Benjamín sobre el trabajo de Hirst no es meramente la reproducción como una posibilidad de copiado, sino como sugiere Max Weber, una suerte de cambio estructural en el sentido de la reproducción misma, es decir lo que se considera históricamente nuevo, el proceso por el cual la técnica que utiliza Hirst a través de sus obreros en un proceso de reproducción de influencias de manera creciente que determinan la estructura de la obra de arte y que dan a la misma un nuevo estatus, ya sea por el cambio que realizan sus obras en la función misma del arte o por su acrecentado valor de exhibición.

Sin duda todos estos acontecimientos son parte de la polémica que desata el artista y que ha contribuido a convertirlo en uno de los más cotizados, calculando una fortuna de más de 300 millones de euros, aunque cabe destacar que algunas de sus ganancias también han tenido fines benéficos como el apoyo a Survival Internacional, Defensa De Los Pueblos Indígenas y Tribales Del Mundo) y a Strummerville, Organización en memoria del músico de Clash, Joe Strummer.

La formación artística de Hirst parte del diseño industrial y es justo ésta la que en gran medida ha otorgado el carácter de pieza industrializada a sus obras, aunada a su educación en el estudio de las Bellas Artes que realizó en Londres; pero compaginando su discurso estético hay otro elemento simbólico que distingue gran parte de sus obras y es el que representa la muerte y la vida, en una dicotomía y dialéctica que refiere a la vida como una especie de paradoja en la que no se puede estar una sin la otra, la vida sin la muerte y la muerte sin la existencia de vida.

Muestra de ello, el discurso manejado en La Imposibilidad Física De La Muerte En La Mente De Alguien Vivo, donde se refiere a un contenido que lo mismo refleja temores o dudas sobre el tema de la muerte, que la incapacidad de concebirla como algo inherente al ser humano, el propio Hirst en algún momento declaró que cuando era niño siempre le decían que no importaba lo que uno hiciera porque se moriría igual, que tal argumento le molestaba y lo hacía pensar que debía tener una salida, y aunque sus obras parezcan ser sobre la muerte, son más sobre la vida, aunque también indirectamente el punto en el que ésta termina.

La naturaleza de lo muerto en general es uno de los elementos que Hirst plantea, desde su anatomía por ejemplo en la obra de The Virgin Mother extensión de la pequeña bailarina de Degas impactante por su contundencia y fuerza biológica.

Finalmente Damien Hirst como el mismo plantea, siempre reflejará o pretenderá reflejar la realidad a través de sus conceptos artísticos según alude con la cita de John Ruskin El arte es sujetar un espejo ante la vida en la que conforme la sociedad evolucione, el arte lo hará.

Ya sea creando entre frascos de medicamentos, litros y litros de formol o instrumentos de disección éste artista proveniente del punk y amante de los Sex Pistols, seguirá trasgrediendo los límites de lo permisible en la construcción del arte contemporáneo, lo mismo con obras donde el elemento principal sea un animal o donde filas de círculos coloreados al azar constituyan pinturas gigantes.

Su arrojado sentido de la manipulación y del espectáculo que lo ha llevado a los términos estrictos de la estética, donde todo puede ser arte, seguirá siendo objeto de campañas publicitarias, asesoramientos financieros, relaciones públicas y estudios de mercado para continuar con la revolucionaria aventura de desarrollar también el tradicional papel de las galerías de arte.

La fama global y una cuantiosa cuenta bancaria seguirán siendo el pan de cada día para Hirst, acompañado de su ejercito de más de cien obreros que ya sea lo lleven por la nueva vía de la pintura como muchos aseguran, o por la inspirada en la ley del dinero de la mano de su agente contable Frank Dunphy, que al fin y al cabo cumplirá con los estatutos de la era del marketing, del todo vale en el museo y en la calle, popularizando porqué no, también en la moda y es que si ya ha llegado a los mercados fashionistas de la mano de Levi’s, con Warhol Factory en el desarrollo de colecciones, porqué no ha de seguir con la osadía comercial en las leyes del mercado en el que él mismo manifestó que de querer vender una obra tendrá que hacerlo por menos, haciéndolas más asequibles a la cultura popular y ahora si convertirse en un producto de consumo masivo, cualquiera de los escenarios finalmente seguirá siendo foco de atención de la escena artística, galerías, marchantes y amantes del arte.


Adrianne Ornellas

No hay comentarios:

Publicar un comentario